jueves, 29 de noviembre de 2007

La mamá más bella del universo...


Ojeando la página web de Carlos Herrera, encontré un artículo escrito por Mariló Montero en el Diario de Sevilla. Merece la pena leerlo, trata un tema archiconocido, pero conviene no olvidarse de él...

Diario Sevilla 18 de noviembre de 2007

El alma de su rostro

Para su hija, se trata de la mamá más bella del universo. Lo dice el brillo abierto de sus ojos negros y lo confirma su sonrisa lechal. Los bebés no mienten. Dicen la verdad, aun sin hablar. La alegría del bebé en brazos de su madre es lo único que a la mujer sin rostro le hace olvidar que su cara abrasada no la soportan ni los espejos. Papul fue diezmada por su marido, por pretender que su hija estudiara para salir de la pobreza. La ató de pies y manos a la cama en la que dormía, le arrojó a la cara ácido sulfúrico que desfiguró su rostro y le robó su belleza.

Es el castigo que sufren centenares de mujeres en Bangladesh desde que en 1967 un campesino borrara para siempre la sonrisa de la joven que le había rechazado. Él fue el pionero de una costumbre que se extiende ahora a todo tipo de disputas. Cuando dos familias litigan por unas tierras, empieza a ser habitual destrozar la belleza de las hijas del enemigo con ácido. Está tan normalizado dicho crimen hacia las mujeres, que lo asumen como nosotros podemos aceptar un accidente de tráfico. Existe una decepcionante Ley, específica sobre el lanzamiento de sustancias corrosivas, que establece castigos penales para los agresores, entre los cuales, el 90 por ciento consigue su libertad con sobornos de cuatro a cien euros.

Mujeres como Papul, que quiso educar a su hija, o como Monira, Rubina o Sahmina, que dijeron que “no” a hombres que quisieron desposarlas a los nueve u once años, están unidas por el ácido, por La Casa sin Espejos –su hogar de acogida- y por el seudónimo de “Las Chicas de España”, donde se intenta reconstruir sus rostros, motivo por el que una puede reconciliarse con la solidaridad internacional. A algunas hay que abrirles la boca para que puedan comer, a otras la nariz para respirar y aún hay a quien la corrosión del ácido le impide cerrar los ojos, escuchar, ver o vivir. Todas sintieron el frío del líquido sobre su rostro, que iba corroyendo y disolviendo lentamente, con el insoportable escozor del ácido, la piel de su cara, los músculos y, en algún caso, hasta los huesos. La atención médica urgente en el país asiático es inexistente, por el desconocimiento de las agresiones, por la lejanía de los pueblos y las limitaciones sanitarias. Todo ello empeoró el estado de las heridas y hace irreversibles lesiones curables a tiempo.

Confiesa Papul que, a pesar del feroz rechazo social, la única razón por la que quiere ser operada en España es para que su hija pueda verla de otro modo: hallar el alma de su rostro. Aunque nosotros la veamos como la cabeza con la que en clase de Ciencias Naturales estudiábamos los músculos faciales, como una máscara pavorosa, su bebé la ve como debiésemos todos: como la mamá más bella del universo.
...

lunes, 19 de noviembre de 2007

¿?

¿Por qué?

¿Por qué aquella noche?
¿Por qué aquellas semanas?
¿Por qué aquellas situaciones?
¿Por qué aquellos miedos?
¿Por qué aquellas risas?
¿Por qué aquella reacción?
¿Por qué tantos quilómetros?
¿Por qué aquel frío?
¿Por qué aquella frase?
¿Por qué aquel muro?
¿Por qué tanto silencio?
¿Por qué esa luz?
¿Por qué ese complejo laberinto?
¿Por qué tanto desconcierto?
...
¿Por qué yo?
¿Por qué tú?

...porque nada ocurre por casualidad...

jueves, 15 de noviembre de 2007

El Sol y la Luna

Mis queridos geógrafos:

Después de tantos años de estudio, he descubierto que no nos han enseñado en la facultad todo tal y como ocurrió... jeje, en el siguiente relato se nos aclara la verdadera historia del Astro Rey y de nuestro satélite. Habrá que hablar con Palacios Estremera (chico), jiji ;-)

Gracias Ana por enviarla, es preciosa y como me ha encantado, aquí la escribo, para compartirla con todos. Espero que al otro lado del charco estés siendo muy, muy feliz y que disfrutes del veranito, que ya te queda ná pa que empiece!!! Un beso.

El Sol y la Luna

Cuando el Sol y la Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor.
Sucede que el mundo aún no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio un toque final... ¡el brillo!
Quedó decidido también que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados.

Les invadió una gran tristeza y cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían...
La Luna fue quedándose cada vez más angustiada. A pesar del brillo dado por Dios, fue tornándose solitaria.
El Sol a su vez, había ganado un título de nobleza "Astro Rey", pero eso tampoco le hizo feliz.
Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: "No debéis estar tristes, ambos ahora poseéis un brillo propio.
Tú Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encontrarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías.
En cuanto a tí, Sol, sustentarás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la Tierra durante el día, proporcionarás calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices".

La Luna se entristeció mucho más con su terrible destino y lloró amargamente... y el Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podía dejarse abatir más, ya que tendría que darle fuerzas y ayudarle a aceptar... lo que Dios había decidido.
Aún así su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Él: "Señor, ayuda a la Luna, por favor, es más frágil que yo, no soportaría la soledad".
Y Dios... en su inmensa bondad... creó entonces las estrellas, para hacer compañía a la Luna.


La Luna siempre que está triste recurre a las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero... casi nunca lo consiguen.
Hoy ambos viven así... separados, el Sol finge que es feliz,... y la Luna no consigue disimular su tristeza.
El Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza.

Dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió... porque es mujer, y una mujer tiene fases:
cuando es feliz, consigue ser llena, pero...
cuando es infeliz, es menguante y entonces no es posible apreciar su brillo.

Luna y Sol siguen su destino. Él solitario pero fuerte; ella, acompañada de estrellas, pero débil. Los hombres intentan, constantemente, conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás consiguió traerla hasta la tierra, nadie realmente, consiguió conquistarla, por más que lo intentaron.
Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el Sol... Fue entonces cuando creó el eclipse.

Hoy Sol y Luna viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueron concedidos para estar juntos y que tanto cuesta que sucedan.


miércoles, 14 de noviembre de 2007

De poeta y loco, todos tenemos un poco

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Hoy me apetece recordar a mis tres reyes, mis tres estrellas, mis tres protectores, a mis tres ejemplos de vida, las tres personas que más me han hecho reir y de las que más he aprendido, me siento orgullosa de poder decir que mi personalidad posee algo de cada uno de ellos... son mis tres hermanos, con los que he vivido grandes momentos... ojalá que éstos se sigan produciendo durante muchíiiiiiiiisimos años.

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo, y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».


Nicolás Fernández de Moratín